En términos generales se habla de despido injustificado en aquellos casos en que el término de la relación laboral no se funda en causal legal alguna, o bien, la causal invocada por el empleador no es efectiva, por no corresponder los hechos invocados con la realidad del término de la relación laboral.
En estos casos el trabajador puede hacer valer sus derechos reclamando ante la Inspección del Trabajo o bien presentando directamente la demanda de despido injustificado ante el Tribunal correspondiente dentro del plazo de 60 días hábiles contados desde la separación del trabajador. Lo anterior, con la finalidad de obtener el pago de las indemnizaciones y prestaciones a que tuviere derecho.
Para poder interponer el reclamo resulta indispensable, que el trabajador no firme el finiquito si no se encuentra de acuerdo con la o las causales invocadas para poner término a la relación laboral indicadas en la carta de aviso de despido. Por ello ante la duda acerca del tenor del finiquito, lo mejor es asesorarse correctamente, porque de lo contrario, eventualmente podría verse en la imposibilidad de reclamar.